jueves, 8 de abril de 2010

LA IMPORTANCIA DEL SALITRE EN NUESTRO PAIS


Entre las décadas de 1880 y 1920, Chile vivió un período de inusitado esplendor

producto de la riqueza salitrera que producían las recientemente incorporadas

provincias de Tarapacá y Antofagasta, desde donde se exportaba en grandes

cantidades a Europa, donde era usado como fertilizante y en la fabricación de

explosivos.

El salitre se obtenía de la refinación del caliche, sal que se encontraba en abundancia

bajo la costra superficial de las planicies desérticas. Aunque no faltaban los

empresarios chilenos, la propiedad de las oficinas salitreras estaba mayoritariamente

en manos extranjeras, en particular británicas, con lo cual obviamente quedaba fuera

del país una parte considerable de las grandes ganancias obtenidas por ese concepto.

El Estado chileno obtenía su participación en esta enorme fuente de riqueza a través

de los derechos aduaneros de exportación que cobraba en los puertos de embarque.

Hacia 1900 estos impuestos cubrían el 56,29% de las entradas fiscales. Las grandes

sumas recibidas por el fisco eran traspasadas en gran medida a los particulares a

través de medios directos e indirectos: ausencia casi total de impuestos internos,

préstamos a la banca privada, sueldos y remuneraciones de todo tipo.

La riqueza del salitre tuvo un efecto dinamizador sobre el conjunto de la economía; el

norte salitrero, por ejemplo constituyó un importante mercado para la producción

agrícola y manufacturera de Chile central. La industria del salitre era también una

fuente de trabajo muy importante. La población total de trabajadores salitreros era

hacia 1904, de 24.445 de los cuales 17.398 eran chilenos. Entre los extranjeros, la

gran mayoría eran bolivianos y peruanos.






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